martes, 5 de noviembre de 2013

LA LEY GENERAL DE LA ACUMULACION CAPITALISTA

Seminario sobre El Capital: Sesión del 4 de octubre de 2013
Ponencia de Andrés Martínez

Sección 7: El proceso de acumulación del capital

CAPITULO XXIII
LA LEY GENERAL DE LA ACUMULACION CAPITALISTA


[El texto que sigue es un resumen de los cuatro primeros parágrafos del capítulo reseñado. Las citas a Marx van entre comillas y acompañadas de su localización en la edición de ‘Siglo XXI’. Mis comentarios van entre corchetes.]

No tenemos nada nuestro, salvo el tiempo, del que gozan hasta los que no tienen morada


Baltasar Gracián (citado por G. Debord en La Sociedad del Espectáculo)


"Cuanto mayores sean la riqueza social, el capital en funciones, el volumen y vigor de su crecimiento y por tanto, también, la magnitud absoluta de la población obrera y la fuerza productiva de su trabajo, tanto mayor será la pluspoblación relativa o ejército industrial de reserva. La fuerza de trabajo disponible se desarrolla por las mismas causas que la fuerza expansiva del capital. La magnitud proporcional del ejército industrial de reserva, pues, se acrecienta a la par de las potencias de la riqueza. Pero cuanto mayor sea este ejército de reserva en proporción al ejército obrero activo, tanto mayor será la masa de la pluspoblación consolidada o las capas obreras cuya miseria está en razón inversa a la tortura de su trabajo. Cuanto mayores sean, finalmente, las capas de la clase obrera formadas por menesterosos enfermizos y el ejército industrial de reserva, tanto mayor será el pauperismo oficial. Esta es la ley general, absoluta, de la acumulación capitalista." (p. 803)

[Como ocurre con una obra de arte que provoca nuestro asentimiento: lo sabíamos pero no éramos capaces de formularlo con precisión semejante a la que demuestra Marx. ¿Cómo ha llegado a semejante afirmación? En este capítulo se siguen los pasos lógicos que conducen a esta tesis.]

[El procedimiento deductivo –de las leyes y categorías de análisis más abstractas a las más particulares- que sigue Marx en la exposición de El Capital llega en este capítulo a determinaciones de mayor detalle y a una articulación dinámica en las que intervienen los conceptos presentados en los capítulos anteriores. De esta forma estos conceptos expuestos previamente son conducidos a un punto que, creo, podrían ser calificados de ecología social: un plano teórico donde coinciden realmente la economía y la ecología en su la raíz etimológica de oikos ; o donde el , tan traído y llevado, concepto de sostenibilidad se revela común a ambas disciplinas –lo que permite problematizar la facilidad con que el termino ha sido adoptado en dos discursos aparentemente contrapuestos-.

Y de ecología de la especie humana bajo el modo de producción capitalista trata este capítulo. El capitalismo, como cualquier otra cosa que exista, no ha logrado desligarse de los imperativos de la naturaleza –sea con lo que sea que se quiera rellenar este concepto ómnibus-. Su funcionamiento cíclico no deja de ser un eco del modo en que la vida se reproduce y tiende, como esta en sus diversas formas, a proliferar hasta llegar a romper el equilibrio que le vincula a su entorno. En Marx esta cuestión se desarrolla con un enfoque claramente antropocéntrico, pero están claramente implicadas, a mi entender, cuestiones medioambientales. O si bien es cierto que Marx comparte el optimismo industrialista de su tiempo, también lo es que de su concepción del modo de producción capitalista no sería difícil derivar un discurso ecológico acerca de las consecuencias de su compulsiva tendencia al crecimiento. Dada la exposición de Marx, están implícitos, por tanto, cuáles deberían ser los límites a esta exitosa hasta el momento estrategia adaptiva de la especie humana llamada capitalismo.]

[En los capítulos anteriores Marx ha expuesto los procesos de reproducción simple y ampliada, conceptos que se refieren a la estructura orgánica del capital, esto es, la relación que guarda su parte variable, o destinada a cubrir el fondo de subsistencia de los trabajadores, con su parte constante, o aquella que se dedica a la adquisición y mantenimiento de los medios de producción. La proporción entre ambos expresa la velocidad, escala, dice Marx a la que el capital se acumula. O dicho de otra forma de cómo la lógica del capital tiende maquinalmente a mejorar su productividad para expandirse en extensión e intensidad, siendo siempre estas modalidades declinadas hacia el aspecto cuantitativo: obtener más plusvalor a mayor velocidad. En este capítulo se muestra la eficacia analítica de dichos conceptos al relacionarlos con las variables de población, empleo y salario. Marx los pone en movimiento para llegar en su desarrollo a la ley que da título al capítulo. Si en general la economía política clásica tiende a naturalizar, no problematizar o dar por supuestas, sus necesidades de acumulación y para ello de incremento continuo de la tasa de explotación y, por otro lado, considera los movimientos de población una variable independiente de la mentada evolución del modo de producción capitalista, Marx demuestra que el profundo impacto social y demográfico de la lógica del capital y de las fluctuaciones que le son inherentes son su efecto y su condición de posibilidad .]

1. Demanda creciente de fuerza de trabajo, con la acumulación, manteniéndose igual la composición del capital
Se considera en este epígrafe el caso bajo la combinación de factores más sencilla que es también la relación de fuerzas más favorable para los que únicamente son dueños de su capacidad de trabajo. Si la composición orgánica del capital permanece inalterada, su crecimiento será lineal, esto es, se efectuará según una razón constante, pues la productividad, que es lo mismo que la composición orgánica del capital, se mantiene igualmente constante. No es que en estas circunstancias el crecimiento no se produzca sino tan solo que no puede incrementar su ratio. Por tanto la única salida para lograr un incremento de sus beneficios es una ampliación extensiva de la producción. Dadas estas condiciones, en una coyuntura de demanda en crecimiento, puede darse la circunstancia de que la las necesidades de fuerza de trabajo del capital sobrepasen a la disponibilidad de este en el mercado produciéndose la consiguiente mejora de los salarios.
Sin embargo, en el caso que nos ocupa, se sigue dando el proceso de acumulación aunque sea al mismo ritmo o tendiendo a cierta disminución y con ello se mantiene el aumento del capital total al igual que su parte variable que correlativamente lo hace de forma proporcional. Esta parte variable del capital, como es sabido, es la que se destina a la contratación de mano de obra. Por lo que a cantidades mayores, en términos absolutos, de capital variable, mayor será la cantidad de mano de obra contratada. Si las necesidades de fuerza de trabajo sobrepasan a la población disponible el resultado será un aumento de los salarios.

Solo habría un límite a esta situación favorable para los trabajadores: el capital impone la línea roja de su propia reproducción y revalorización. Cuando los beneficios decayesen hasta el punto de anular la plusvalía se interrumpiría el ciclo de reproducción. Y mientras las condiciones favorables a la acumulación se cumplan el trabajo sigue subordinado a las necesidades de autovalorización del capital.

El estado de dependencia de los trabajadores no cambia pero la penalidad de su situación se ve mitigada pero bajo estas condiciones, las más propicias, repito, la cantidad absoluta de población sometida al régimen de producción capitalista, aumenta. En este caso, el capitalismo no intensifica su tasa de rendimiento pero prosigue su crecimiento en términos absolutos. Tenemos, por tanto que las mejoras en el fondo de supervivencia de los obreros son una función secundaria al proceso de valorización del capital. O dicho de otra forma, para que un capitalista esté dispuesto a reiniciar el ciclo productivo, la obtención de plusvalor o trabajo impago debe estar asegurada. Estas condiciones favorables son, en palabras de Marx, ‘cadenas de oro’ que el propio asalariado forja con sus propias manos.

En cuanto a la subida del salario se barajan dos posibles evoluciones de la situación enunciada, en ninguna de las cuales las oscilaciones de la demografía se muestran determinantes:
  1. Que se genere un crecimiento absoluto del capital aunque descienda la tasa de explotación, sin que esta situación perjudique la expansión de las relaciones de producción. Esto puede ser así puesto que el aumento absoluto o relativo de la masa de capital es lo que vuelve insuficiente la masa de mano de obra y no la disminución en su cantidad.
  2. Que la acumulación se frene debido a la reducción del plusvalor obtenido pero al hacerlo cesan las condiciones que han conducido a su ralentización y los salarios regresan a los niveles anteriores, es decir, inferiores. En este caso igualmente el factor dominante es el capital. Es su disminución la que hace vacante a parte de la oferta de trabajo.
Sobre la parte polémica que siempre hay en sus textos, Marx aporta como testimonio la conciencia que tienen los teóricos de la economía política, en concreto, Beller, Mandeville y Eden, de la necesidad de mantener en una situación de pobreza a la mayoría para asegurar un orden dado en el que los menos puedan seguir disfrutando de sus privilegios. Por otro lado, como se acaba de ver más arriba, arremete con el análisis que realiza la economía vulgar de la cuestión de las oscilaciones de los salarios como una simple cuestión de oferta y demanda entre dos variables independientes. (p. 771) Con esta explicación que naturaliza su compulsión al crecimiento ilimitado queda completamente en la sombra el hecho primario: que ‘la naturaleza de dicha acumulación [la capitalista, evidentemente] excluye toda mengua en el grado de explotación al que se haya sometido el trabajo o toda alza en el precio del trabajo que pueda amenazar la reproducción constante de la relación capitalista…”. Esta primera parte del capítulo termina recordando a Feuerbach para señalar la analogía que guarda la ceguera interesada de los teóricos liberales con la inversión de causa y efecto que se expresa en la forma de conciencia religiosa.
2. Disminución relativa de la parte variable del capital a medida que progresa la acumulación y, con ella, la concentración.
Si en el parágrafo 1 veíamos el caso de relación de fuerzas más favorable al proletariado, en este se atiende al funcionamiento normal del modo de producción capitalista.

Al avanzar la acumulación se revoluciona la composición orgánica de capital y con ella se eleva la productividad. Este concepto es definido como la cantidad de medios de producción que un obrero es capaz de mover con la misma tensión de trabajo en un mismo lapso de tiempo. La magnitud de los medios de producción comparada con la fuerza de trabajo expresa la productividad creciente del trabajo. Su aumento supone el descenso de la importancia relativa de la masa de trabajo con respecto a la masa de materiales transformados por ella. Al crecer el factor objetivo decrece el subjetivo. En paralelo con una productividad mayor no solo aumenta el volumen de medios de producción procesados sino que su valor decrece relativamente.

[La valorización del capital a través del trabajo implica un crecimiento ininterrumpido y a escala ampliada. Si no se cumple esta condición se destruyen puestos de trabajo. Si se cumple, se consumen cada vez más recursos naturales]

A continuación Marx subraya la importancia del radio de acción al que opera el modo de producción capitalista. El desarrollo de la fuerza social productiva del trabajo presupone la cooperación a gran escala. Solo así es posible organizar la división del trabajo, economizar medios de producción, dominar las fuerzas de la naturaleza y transformar el proceso productivo por medio de la aplicación de la ciencia.

Por supuesto todos los avances en la mejora de la fuerza social productiva lo son necesariamente en la producción del plusproducto. Esta intensificación supone una aceleración de los procesos industriales que contribuyen a incrementar la acumulación en tanto el plusvalor se transforma en pluscapital por lo que el ciclo se reproduce a escala tendencialmente ampliada.

[Aunque no sea mencionada explícitamente por Marx la relación entre el caso de crecimiento que se expone en la primera parte de este capítulo, el caso de la reproducción simple, y el que se expone, en esta, la segunda parte es análoga a la relación que existe entre progresión aritmética y proporción geométrica]

Si bien el aumento de la riqueza social supone la ampliación del número de capitalistas, este fenómeno es contrarrestado por efectos de la competencia que existe entre los diversos capitales lo que provoca la desaparición de los capitales particulares menos competitivos. Se da por tanto una tendencia a una distribución modificada de los capitales ya existentes, no limitada por la riqueza social, por la que los capitalistas mayores, aquellos que tienen mayores facilidades para obtener crédito y lograr una economía de escala en la que se pueda abaratar el acceso a las materias primas y la aplicación de avances tecnológicos, se imponen a los capitalistas menores. Por otro lado la evolución del modo de producción capitalista aumenta el volumen mínimo de inversión necesaria para incorporase a las condiciones básicas de negocio. De esta forma los pequeños capitales son asimilados por los grandes.

Tenemos entonces que la composición modificada de la estructura orgánica del capital fuerza la modificación en la composición de todo el capital antiguo.

La mejora de la productividad tiene otro efecto importante. La tecnología abrevia y acelera los procesos productivos hasta ahora dispersos en procesos combinados socialmente y ejecutados a mayor escala. Así, mientras que la producción se amplía en extensión e intensidad con el objeto de que el número de obreros necesarios para transformar la misma masa de medios de producción sea cada vez menor por lo que se produce un fenómeno de sobrepoblación relativa constante. O sea, a mayor eficacia productiva se reduce el número de obreros empleados para el mismo trabajo, se pierden puestos de trabajo. Aunque provisionalmente pueda incrementarse su cantidad absoluta, el capital suplementario formado por la acumulación creciente atrae cada vez menos obreros proporcionalmente. El capital antiguo reproducido a una nueva composición repele cada vez a más obreros de los que antes ocupaba.

3. Producción progresiva de una sobrepoblación relativa o ejército industrial de reserva
Cae por su propio peso: al cambio cualitativo o acumulación acompaña una modificación constante de la composición orgánica de capital, que es cualitativa, y esta dinámica fuerza el decrecimiento relativo de la demanda de fuerza de trabajo. Aumenta la magnitud absoluta del capital variable o factor subjetivo de la producción pero desciende su peso proporcional dentro del capital social. Su pérdida de importancia dentro de la estructura orgánica del capital social es una tendencia inherente al modo de producción capitalista.

[Guarda un notable parecido con la famosa ley maltusiana acerca de la relación entre crecimiento de la población y de los recursos.]

[Una formula como esta, que recuerda a las leyes físicas, en el campo de las ciencias humanas se convierte en un vaticinio acerca del futuro de la civilización capitalista y como tal debe ser tratado… ¿Se ha cumplido? Dado que el capitalismo se ha convertido en el modo de producción dominante en el planeta no estará de más recordar que la población mundial casi se ha cuadruplicado durante el siglo XX: de 1300 a 7000 millones… y el incremento continua. La aparición de los estados del bienestar podría constituir otra excepción a la regla enunciada por Marx.]

[El empleo no tiene por qué retraerse necesariamente. La fórmula de Marx admitiría combinaciones favorables para el trabajo: mientras los distintos sectores industriales existentes crezcan o sus crisis sean compensadas por la apertura de nuevos sectores en crecimiento se daría el caso de que el capital pudiese seguir valorizándose y pese a que el trabajo fuese perdiendo importancia relativa, el aumento en términos absolutos de puestos de trabajo fuese suficiente para ocupar a la población. Esto podría cumplirse en momentos de prosperidad lo que admitiría limitados en el tiempo y en el espacio el desarrollo de estados del bienestar. Posibilidad que por supuesto no tiene en cuenta la existencia de límites medioambientales ni la propensión del modo de producción capitalista a entrar cíclicamente en crisis.]

La dinámica más arriba descrita produce tendencialmente una población obrera relativamente excedentaria, i. e., excesiva para las necesidades de valorización del capital y por tanto sobrante del proceso productivo.

Esta ley es marca histórica particular del capitalismo: el propio trabajador crea las condiciones que le llevan a ser relativamente supernumerario. La sobrepoblación relativa es condición de existencia, consecuencia y palanca de la acumulación. Constituye un ejército de reserva a disposición del capital: crea una situación endémica de disponibilidad de material humano explotable en función de las variables necesidades de los diferentes ramos industriales e independiente de la evolución demográfica y a su vez favorece la acumulación ampliada, aumenta su fuerza expansiva. Fuerza expansiva que se ve además alimentada por los vectores del crédito y del perfeccionamiento de los procesos técnicos.

Para el capitalismo es imprescindible disponer de mano de obra de forma inmediata, dependiendo los flujos de población resultantes de las continuas reordenaciones dentro de los distintos sectores industriales. Aquí trae Marx a colación el carácter cíclico de la evolución del capital que mostraría una tendencia a entrar en crisis cada diez años. [Hecho no demostrado en capítulos anteriores y expuesto en este de forma sumaria: ¿Un factum evidente?]. Tal ciclo decenal estaría fundado sobre la formación constante y la absorción en mayor o menor medida del ejército de reserva. Las contracciones y expansiones de los distintos sectores industriales son a la vez causa y efecto reciprocos de los movimientos de población.

El de acumulación ampliada es el régimen del capitalismo maduro pues en etapas primitivas la composición orgánica del capital experimentaba pocos cambios y el aumento de inversiones iba asociado a un aumento en proporción lineal de los empleos. Sin embargo También se daba el caso de que un repunte de la producción se viese frenado por insuficiente mano de obra. Problema que frecuentemente fue atajado por medios violentos.

“Toda forma de movimiento de la industria moderna deriva, pues de la transformación constante de una pare de la población en brazo desocupados o semiocupados.”

En lo que se refiere a la economía vulgar la explicación que da del fenómeno de la desocupación sistémica se basa en las expansiones y contracciones del crédito. Marx objeta: se invierte causa y efecto; aunque reconoce la fina sensibilidad de los partidarios del liberalismo hacia la necesidad que el capital siente de un excedente de población para no ver frenada su propia revalorización. Malthus, Merivale y Martineau son los autores de la corriente liberal elegidos para realizar su crítica del cinismo con el que las clases favorecidas reconocen la importancia que tiene el ejército de mano de obra de reserva que independice al capital de los movimientos naturales de población.

El incremento del capital variable se convierte en índice de más trabajo pero no de más obreros ocupados. De aquí que a todo capital individual le interesa extraer más trabajo, aunque no sea al precio más conveniente, pues esto le forzaría a estar limitado por los movimientos naturales de población y esto es cada vez más vital conforme avanza el proceso de acumulación. Se invierte por tanto la explicación liberal que sitúa en las oscilaciones de la demografía la única causa del nivel de los salarios. Confunden así las leyes que rigen el movimiento general del salario con aquellas de distribuyen la población obrera entre las esferas particulares de la población.

“La sobrepoblación relativa, pues, es el trasfondo sobre el que se mueve la ley de la oferta y la demanda del trabajo. Comprime el campo de esta ley dentro de los límites que convienen de manera absoluta al ansia de explotación y al afán de poder del capital” (p. 795)

Y así el escándalo de los defensores del capital ante el hecho del asociacionismo obrero. Que los explotados se organicen para protegerse de su desvalimiento y alcanzar fuerza negociadora supone una intolerable distorsión de las sagradas leyes del mercado. Leyes tan naturales como sagradas que serán protegidas por medios violentos si se hace necesario.

4. Diversas formas de existencia de la sobrepoblación
Tenemos entonces que el modo de producción capitalista produce sistémicamente sobrepoblación relativa. Este contingente existe en una amplia variedad de matices que son segmentados en tres grupos por Marx:
  1. Sobrepoblación fluctuante: aquella que se encuentra en movimiento entre sectores industriales dependiendo de la coyuntura. Es el trabajador emigrante que sigue al capital emigrado. Esta categoría tiene la función de reponer la fuerza de trabajo de aquellos que han sido agotados por las condiciones de vida en el régimen fabril.
  2. Latente: esta clase de sobrepoblación obrera da cuenta del flujo continuo de trabajadores que provienen del medio rural. Se hace necesaria una situación de un exceso constante y latente de población que explique tal corriente.
  3. Población estancada: pertenece al ejército activo pero su ocupación es totalmente irregular. Son carne de industria domiciliaria. Marx llama la atención sobre un curioso fenómeno: a menor nivel de ingresos, mayor es la descendencia de una familia. Una ciega reacción defensiva. Como si se tratase de una especie animal acosada y en peligro de extinción.
Todos estos grupos conforman el mundo de la miseria urbana en cuyo segmento más pobre se distingue, el lumpenproletariado que oscila entre aquellos que son todavía aptos para el trabajo, huérfanos e hijos de indigentes y aquellos que de pura degradación son completamente inútiles. Son el peso muerto del ejército obrero activo y su única función está comprendida en la producción de pluspoblación.






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