Seminario
sobre El Capital:
Sesión del 4 de octubre de 2013
Ponencia
de Andrés Martínez
Sección
7: El proceso de acumulación del capital
CAPITULO
XXIII
LA
LEY GENERAL DE LA ACUMULACION
CAPITALISTA
[El texto que sigue es un resumen de los cuatro primeros parágrafos del capítulo reseñado. Las citas a Marx van entre comillas y acompañadas de su localización en la edición de ‘Siglo XXI’. Mis comentarios van entre corchetes.]
No tenemos nada nuestro, salvo el tiempo, del que gozan hasta los que no tienen morada
Baltasar Gracián (citado por G. Debord en La Sociedad del Espectáculo)
"Cuanto
mayores sean la riqueza social, el capital en funciones, el volumen y
vigor de su crecimiento y por tanto, también, la magnitud absoluta
de la población obrera y la fuerza productiva de su trabajo, tanto
mayor será la pluspoblación relativa o ejército industrial de
reserva. La fuerza de trabajo disponible se desarrolla por las mismas
causas que la fuerza expansiva del capital. La magnitud proporcional
del ejército industrial de reserva, pues, se acrecienta a la par de
las potencias de la riqueza. Pero cuanto mayor sea este ejército de
reserva en proporción al ejército obrero activo, tanto mayor será
la masa de la pluspoblación consolidada o las capas obreras cuya
miseria está en razón inversa a la tortura de su trabajo. Cuanto
mayores sean, finalmente, las capas de la clase obrera formadas por
menesterosos enfermizos y el ejército industrial de reserva, tanto
mayor será el pauperismo oficial. Esta es la ley general, absoluta,
de la acumulación capitalista." (p. 803)
[Como
ocurre con una obra de arte que provoca nuestro asentimiento: lo
sabíamos pero no éramos capaces de formularlo con precisión
semejante a la que demuestra Marx. ¿Cómo ha llegado a semejante
afirmación? En este capítulo se siguen los pasos lógicos que
conducen a esta tesis.]
[El
procedimiento deductivo –de las leyes y categorías de análisis
más abstractas a las más particulares- que sigue Marx en la
exposición de El Capital
llega en este capítulo a determinaciones de mayor detalle y a una
articulación dinámica en las que intervienen los conceptos
presentados en los capítulos anteriores. De esta forma estos
conceptos expuestos previamente son conducidos a un punto que, creo,
podrían ser calificados de ecología social: un plano teórico donde
coinciden realmente la economía y la ecología en su la raíz
etimológica de oikos
; o donde el , tan traído y llevado, concepto de sostenibilidad
se revela común a ambas disciplinas –lo
que permite problematizar la facilidad con que el termino ha sido
adoptado en dos discursos aparentemente contrapuestos-.
Y
de ecología de la especie humana bajo el modo de producción
capitalista trata este capítulo. El capitalismo, como cualquier otra
cosa que exista, no ha logrado desligarse de los imperativos de la
naturaleza –sea con lo que sea que se quiera rellenar este
concepto ómnibus-. Su funcionamiento cíclico no deja de ser un eco
del modo en que la vida se reproduce y tiende, como esta en sus
diversas formas, a proliferar hasta llegar a romper el equilibrio que
le vincula a su entorno. En Marx esta cuestión se desarrolla con un
enfoque claramente antropocéntrico, pero están claramente
implicadas, a mi entender, cuestiones medioambientales. O si bien es
cierto que Marx comparte el optimismo industrialista de su tiempo,
también lo es que de su concepción del modo de producción
capitalista no sería difícil derivar un discurso ecológico acerca
de las consecuencias de su compulsiva tendencia al crecimiento. Dada
la exposición de Marx, están implícitos, por tanto, cuáles
deberían ser los límites a esta exitosa hasta el momento estrategia
adaptiva de la especie humana llamada capitalismo.]
[En
los capítulos anteriores Marx ha expuesto los procesos de
reproducción simple y ampliada, conceptos que se refieren a la
estructura orgánica del capital, esto es, la relación que guarda su
parte variable, o destinada a cubrir el fondo de subsistencia de los
trabajadores, con su parte constante, o aquella que se dedica a la
adquisición y mantenimiento de los medios de producción. La
proporción entre ambos expresa la velocidad, escala, dice Marx a la
que el capital se acumula. O dicho de otra forma de cómo la lógica
del capital tiende maquinalmente a mejorar su productividad para
expandirse en extensión e intensidad, siendo siempre estas
modalidades declinadas hacia el aspecto cuantitativo: obtener más
plusvalor a mayor velocidad. En este capítulo se muestra la eficacia
analítica de dichos conceptos al relacionarlos con las variables de
población, empleo y salario. Marx los pone en movimiento para llegar
en su desarrollo a la ley que da título al capítulo. Si en general
la economía política clásica tiende a naturalizar, no
problematizar o dar por supuestas, sus necesidades de acumulación
y para ello de incremento continuo de la tasa de explotación y, por
otro lado, considera los movimientos de población una variable
independiente de la mentada evolución del modo de producción
capitalista, Marx demuestra que el profundo impacto social y
demográfico de la lógica del capital y de las fluctuaciones que le
son inherentes son su efecto y su condición de posibilidad .]
1.
Demanda
creciente de fuerza de trabajo, con la
acumulación,
manteniéndose igual la composición
del
capital
Se
considera en este epígrafe el caso bajo la combinación de
factores más sencilla que es también la relación de fuerzas más
favorable para los que únicamente son dueños de su capacidad de
trabajo. Si la composición orgánica del capital permanece
inalterada, su crecimiento será lineal, esto es, se efectuará según
una razón constante, pues la productividad, que es lo mismo que
la composición orgánica del capital, se mantiene igualmente
constante. No es que en estas circunstancias el crecimiento no se
produzca sino tan solo que no puede incrementar su ratio. Por tanto
la única salida para lograr un incremento de sus beneficios es una
ampliación extensiva de la producción. Dadas estas condiciones,
en una coyuntura de demanda en crecimiento, puede darse la
circunstancia de que la las necesidades de fuerza de trabajo del
capital sobrepasen a la disponibilidad de este en el mercado
produciéndose la consiguiente mejora de los salarios.
Sin
embargo, en el caso que nos ocupa, se sigue dando el proceso de
acumulación aunque sea al mismo ritmo o tendiendo a cierta
disminución y con ello se mantiene el aumento del capital total al
igual que su parte variable que correlativamente lo hace de forma
proporcional. Esta parte variable del capital, como es sabido, es la
que se destina a la contratación de mano de obra. Por lo que a
cantidades mayores, en términos absolutos, de capital variable,
mayor será la cantidad de mano de obra contratada. Si las
necesidades de fuerza de trabajo sobrepasan a la población
disponible el resultado será un aumento de los salarios.
Solo
habría un límite a esta situación favorable para los trabajadores:
el capital impone la línea roja de su propia reproducción y
revalorización. Cuando los beneficios decayesen hasta el punto de
anular la plusvalía se interrumpiría el ciclo de reproducción. Y
mientras las condiciones favorables a la acumulación se cumplan el
trabajo sigue subordinado a las necesidades de autovalorización del
capital.
El
estado de dependencia de los trabajadores no cambia pero la penalidad
de su situación se ve mitigada pero bajo estas condiciones, las más
propicias, repito, la cantidad absoluta de población sometida al
régimen de producción capitalista, aumenta. En este caso, el
capitalismo no intensifica su tasa de rendimiento pero prosigue su
crecimiento en términos absolutos. Tenemos, por tanto que las
mejoras en el fondo de supervivencia de los obreros son una función
secundaria al proceso de valorización del capital. O dicho de otra
forma, para que un capitalista esté dispuesto a reiniciar el ciclo
productivo, la obtención de plusvalor o trabajo impago debe estar
asegurada. Estas condiciones favorables son, en palabras de Marx,
‘cadenas de oro’ que el propio asalariado forja con sus propias
manos.
En
cuanto a la subida del salario se barajan dos posibles evoluciones de
la situación enunciada, en ninguna de las cuales las oscilaciones de
la demografía se muestran determinantes:
- Que se genere un crecimiento absoluto del capital aunque descienda la tasa de explotación, sin que esta situación perjudique la expansión de las relaciones de producción. Esto puede ser así puesto que el aumento absoluto o relativo de la masa de capital es lo que vuelve insuficiente la masa de mano de obra y no la disminución en su cantidad.
- Que la acumulación se frene debido a la reducción del plusvalor obtenido pero al hacerlo cesan las condiciones que han conducido a su ralentización y los salarios regresan a los niveles anteriores, es decir, inferiores. En este caso igualmente el factor dominante es el capital. Es su disminución la que hace vacante a parte de la oferta de trabajo.
Sobre la parte polémica que
siempre hay en sus textos, Marx aporta como testimonio la conciencia
que tienen los teóricos de la economía política, en concreto,
Beller, Mandeville y Eden, de la necesidad de mantener en una
situación de pobreza a la mayoría para asegurar un orden dado en el
que los menos puedan seguir disfrutando de sus privilegios. Por otro
lado, como se acaba de ver más arriba, arremete con el análisis que
realiza la economía vulgar de la cuestión de las oscilaciones de
los salarios como una simple cuestión de oferta y demanda entre dos
variables independientes. (p. 771) Con esta explicación que
naturaliza su compulsión al crecimiento ilimitado queda
completamente en la sombra el hecho primario: que ‘la naturaleza
de dicha acumulación [la capitalista, evidentemente] excluye toda
mengua en el grado de explotación al que se haya sometido el trabajo
o toda alza en el precio del trabajo que pueda amenazar la
reproducción constante de la relación capitalista…”. Esta
primera parte del capítulo termina recordando a Feuerbach para
señalar la analogía que guarda la ceguera interesada de los
teóricos liberales con la inversión de causa y efecto que se
expresa en la forma de conciencia religiosa.
2. Disminución relativa
de la parte variable del capital a
medida que progresa la acumulación y, con ella,
la concentración.
Si en el parágrafo 1 veíamos el caso de relación de
fuerzas más favorable al proletariado, en este se atiende al
funcionamiento normal del modo de producción capitalista.
Al avanzar la acumulación se revoluciona la composición
orgánica de capital y con ella se eleva la productividad. Este
concepto es definido como la cantidad de medios de producción que un
obrero es capaz de mover con la misma tensión de trabajo en un mismo
lapso de tiempo. La magnitud de los medios de producción comparada
con la fuerza de trabajo expresa la productividad creciente del
trabajo. Su aumento supone el descenso de la importancia relativa de
la masa de trabajo con respecto a la masa de materiales transformados
por ella. Al crecer el factor objetivo decrece el subjetivo. En
paralelo con una productividad mayor no solo aumenta el volumen de
medios de producción procesados sino que su valor decrece
relativamente.
[La valorización del capital a través del trabajo
implica un crecimiento ininterrumpido y a escala ampliada. Si no se
cumple esta condición se destruyen puestos de trabajo. Si se cumple,
se consumen cada vez más recursos naturales]
A continuación Marx subraya la importancia del radio de
acción al que opera el modo de producción capitalista. El
desarrollo de la fuerza social productiva del trabajo presupone la
cooperación a gran escala. Solo así es posible organizar la
división del trabajo, economizar medios de producción, dominar las
fuerzas de la naturaleza y transformar el proceso productivo por
medio de la aplicación de la ciencia.
Por supuesto todos los avances en la mejora de la fuerza
social productiva lo son necesariamente en la producción del
plusproducto. Esta intensificación supone una aceleración de los
procesos industriales que contribuyen a incrementar la acumulación
en tanto el plusvalor se transforma en pluscapital por lo que el
ciclo se reproduce a escala tendencialmente ampliada.
[Aunque no sea mencionada explícitamente por Marx la
relación entre el caso de crecimiento que se expone en la primera
parte de este capítulo, el caso de la reproducción simple, y el que
se expone, en esta, la segunda parte es análoga a la relación que
existe entre progresión aritmética y proporción geométrica]
Si bien el aumento de la riqueza social supone la
ampliación del número de capitalistas, este fenómeno es
contrarrestado por efectos de la competencia que existe entre los
diversos capitales lo que provoca la desaparición de los capitales
particulares menos competitivos. Se da por tanto una tendencia a una
distribución modificada de los capitales ya existentes, no limitada
por la riqueza social, por la que los capitalistas mayores, aquellos
que tienen mayores facilidades para obtener crédito y lograr una
economía de escala en la que se pueda abaratar el acceso a las
materias primas y la aplicación de avances tecnológicos, se imponen
a los capitalistas menores. Por otro lado la evolución del modo de
producción capitalista aumenta el volumen mínimo de inversión
necesaria para incorporase a las condiciones básicas de negocio. De
esta forma los pequeños capitales son asimilados por los grandes.
Tenemos entonces que la composición modificada de la
estructura orgánica del capital fuerza la modificación en la
composición de todo el capital antiguo.
La mejora de la productividad tiene otro efecto
importante. La tecnología abrevia y acelera los procesos
productivos hasta ahora dispersos en procesos combinados socialmente
y ejecutados a mayor escala. Así, mientras que la producción se
amplía en extensión e intensidad con el objeto de que el número de
obreros necesarios para transformar la misma masa de medios de
producción sea cada vez menor por lo que se produce un fenómeno de
sobrepoblación relativa constante. O sea, a mayor eficacia
productiva se reduce el número de obreros empleados para el mismo
trabajo, se pierden puestos de trabajo. Aunque provisionalmente pueda
incrementarse su cantidad absoluta, el capital suplementario formado
por la acumulación creciente atrae cada vez menos obreros
proporcionalmente. El capital antiguo reproducido a una nueva
composición repele cada vez a más obreros de los que antes ocupaba.
3. Producción progresiva
de una sobrepoblación relativa o
ejército industrial de reserva
Cae por su propio peso: al cambio cualitativo o
acumulación acompaña una modificación constante de la composición
orgánica de capital, que es cualitativa, y esta dinámica fuerza el
decrecimiento relativo de la demanda de fuerza de trabajo. Aumenta la
magnitud absoluta del capital variable o factor subjetivo de la
producción pero desciende su peso proporcional dentro del capital
social. Su pérdida de importancia dentro de la estructura orgánica
del capital social es una tendencia inherente al modo de producción
capitalista.
[Guarda un notable parecido con la famosa ley maltusiana
acerca de la relación entre crecimiento de la población y de los
recursos.]
[Una formula como esta, que recuerda a las leyes
físicas, en el campo de las ciencias humanas se convierte en un
vaticinio acerca del futuro de la civilización capitalista y como
tal debe ser tratado… ¿Se ha cumplido? Dado que el capitalismo se
ha convertido en el modo de producción dominante en el planeta no
estará de más recordar que la población mundial casi se ha
cuadruplicado durante el siglo XX: de 1300 a 7000 millones… y el
incremento continua. La aparición de los estados del bienestar
podría constituir otra excepción a la regla enunciada por Marx.]
[El empleo no tiene por qué retraerse necesariamente.
La fórmula de Marx admitiría combinaciones favorables para el
trabajo: mientras los distintos sectores industriales existentes
crezcan o sus crisis sean compensadas por la apertura de nuevos
sectores en crecimiento se daría el caso de que el capital pudiese
seguir valorizándose y pese a que el trabajo fuese perdiendo
importancia relativa, el aumento en términos absolutos de puestos de
trabajo fuese suficiente para ocupar a la población. Esto podría
cumplirse en momentos de prosperidad lo que admitiría limitados en
el tiempo y en el espacio el desarrollo de estados del bienestar.
Posibilidad que por supuesto no tiene en cuenta la existencia de
límites medioambientales ni la propensión del modo de producción
capitalista a entrar cíclicamente en crisis.]
La dinámica más arriba descrita produce
tendencialmente una población obrera relativamente excedentaria, i.
e., excesiva para las necesidades de valorización del capital y por
tanto sobrante del proceso productivo.
Esta ley es marca histórica particular del
capitalismo: el propio trabajador crea las condiciones que le llevan
a ser relativamente supernumerario. La sobrepoblación relativa es
condición de existencia, consecuencia y palanca de la acumulación.
Constituye un ejército de reserva a disposición del capital: crea
una situación endémica de disponibilidad de material humano
explotable en función de las variables necesidades de los diferentes
ramos industriales e independiente de la evolución demográfica y a
su vez favorece la acumulación ampliada, aumenta su fuerza
expansiva. Fuerza expansiva que se ve además alimentada por los
vectores del crédito y del perfeccionamiento de los procesos
técnicos.
Para el capitalismo es imprescindible disponer de mano
de obra de forma inmediata, dependiendo los flujos de población
resultantes de las continuas reordenaciones dentro de los distintos
sectores industriales. Aquí trae Marx a colación el carácter
cíclico de la evolución del capital que mostraría una tendencia a
entrar en crisis cada diez años. [Hecho no demostrado en capítulos
anteriores y expuesto en este de forma sumaria: ¿Un factum
evidente?]. Tal ciclo decenal estaría fundado sobre la formación
constante y la absorción en mayor o menor medida del ejército de
reserva. Las contracciones y expansiones de los distintos sectores
industriales son a la vez causa y efecto reciprocos de los
movimientos de población.
El de acumulación ampliada es el régimen del
capitalismo maduro pues en etapas primitivas la composición orgánica
del capital experimentaba pocos cambios y el aumento de inversiones
iba asociado a un aumento en proporción lineal de los empleos. Sin
embargo También se daba el caso de que un repunte de la producción
se viese frenado por insuficiente mano de obra. Problema que
frecuentemente fue atajado por medios violentos.
“Toda forma de movimiento de la industria moderna
deriva, pues de la transformación constante de una pare de la
población en brazo desocupados o semiocupados.”
En lo que se refiere a la economía vulgar la
explicación que da del fenómeno de la desocupación sistémica se
basa en las expansiones y contracciones del crédito. Marx objeta:
se invierte causa y efecto; aunque reconoce la fina sensibilidad de
los partidarios del liberalismo hacia la necesidad que el capital
siente de un excedente de población para no ver frenada su propia
revalorización. Malthus, Merivale y Martineau son los autores de la
corriente liberal elegidos para realizar su crítica del cinismo
con el que las clases favorecidas reconocen la importancia que tiene
el ejército de mano de obra de reserva que independice al capital de
los movimientos naturales de población.
El incremento del capital variable se convierte en
índice de más trabajo pero no de más obreros ocupados. De aquí
que a todo capital individual le interesa extraer más trabajo,
aunque no sea al precio más conveniente, pues esto le forzaría a
estar limitado por los movimientos naturales de población y esto es
cada vez más vital conforme avanza el proceso de acumulación. Se
invierte por tanto la explicación liberal que sitúa en las
oscilaciones de la demografía la única causa del nivel de los
salarios. Confunden así las leyes que rigen el movimiento general
del salario con aquellas de distribuyen la población obrera entre
las esferas particulares de la población.
“La sobrepoblación relativa, pues, es el trasfondo
sobre el que se mueve la ley de la oferta y la demanda del trabajo.
Comprime el campo de esta ley dentro de los límites que convienen de
manera absoluta al ansia de explotación y al afán de poder del
capital” (p. 795)
Y así el escándalo de los defensores del capital ante
el hecho del asociacionismo obrero. Que los explotados se organicen
para protegerse de su desvalimiento y alcanzar fuerza negociadora
supone una intolerable distorsión de las sagradas leyes del mercado.
Leyes tan naturales como sagradas que serán protegidas por medios
violentos si se hace necesario.
4. Diversas formas de existencia de la sobrepoblación
Tenemos entonces que el modo de producción capitalista
produce sistémicamente sobrepoblación relativa. Este contingente
existe en una amplia variedad de matices que son segmentados en tres
grupos por Marx:
- Sobrepoblación fluctuante: aquella que se encuentra en movimiento entre sectores industriales dependiendo de la coyuntura. Es el trabajador emigrante que sigue al capital emigrado. Esta categoría tiene la función de reponer la fuerza de trabajo de aquellos que han sido agotados por las condiciones de vida en el régimen fabril.
- Latente: esta clase de sobrepoblación obrera da cuenta del flujo continuo de trabajadores que provienen del medio rural. Se hace necesaria una situación de un exceso constante y latente de población que explique tal corriente.
- Población estancada: pertenece al ejército activo pero su ocupación es totalmente irregular. Son carne de industria domiciliaria. Marx llama la atención sobre un curioso fenómeno: a menor nivel de ingresos, mayor es la descendencia de una familia. Una ciega reacción defensiva. Como si se tratase de una especie animal acosada y en peligro de extinción.
Todos estos grupos conforman el mundo de la miseria
urbana en cuyo segmento más pobre se distingue, el
lumpenproletariado que oscila entre aquellos que son todavía aptos
para el trabajo, huérfanos e hijos de indigentes y aquellos que de
pura degradación son completamente inútiles. Son el peso muerto del
ejército obrero activo y su única función está comprendida en la
producción de pluspoblación.
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