viernes, 22 de junio de 2012

Es lo que hay

por Agustín Marquez - El Faro Crítico

Sucede lo que viene sucediendo a menudo, pero siempre es distinto, sobre todo hoy, hoy algo en el ambiente es diferente. El asunto es como sigue: presentación de un libro por parte de Ángel Gabilondo y Juan Cruz. El lugar en el que se produce el evento: el Círculo de Bellas Artes, un lugar que permite emborracharse de cultura mientras uno se cuestiona cómo fueron puestas allí sus marmóreas columnas.

Mi intención no es hablar de la presentación del libro, ni siquiera del libro, pero sí tengo que decir que la presentación por parte de Ángel Gabilondo y la dialéctica de Iñaki hicieron que aún hoy siga embelesado. Durante dicho acto, tanto Ángel como Iñaki Gabilondo sueltan auténticas perlas, tanto humanísticas como periodísticas, pero hubo una que me llamo mucho la atención y que me hizo reflexionar: Ángel Gabilondo deja volar por el aíre un pensamiento, sin esfuerzos aparentes por su parte, pone su voz al servicio de la palabra (como a él le gusta decir) y libera a través de sus labios una idea maravillosa a la par que inquietante: la quietud es peligrosa.

Recapacitando sobre ello, efectivamente, parece ser que el estarse quieto es muy arriesgado, ya que alguien que no se mueve, que no cambia de ideas, que no cambia de postura, en definitiva, que no se va moldeando, es una persona que no aprende, no evoluciona, no es, simplemente está. Pero, hay una modo de estarse quieto que a mi me da mucho miedo, y no es otra postura que la conocida frase: “Es lo que hay”. Producen en mí mucho temor las personas que sienten que las cosas son como son y que no pueden ser de otra guisa. Al mismo tiempo mi corazón se aflige cuando oigo esas palabras, creo que no llego a escucharlas, simplemente las oigo, pero de igual forma, al percibirlas, puedo ver como por dentro mi alma se lamenta.

Esa forma de asumir las cosas denotan que se han dado por vencidos antes de luchar, de intentarlo, es morirse sin que te hayan matado, es dejarse morir. Creo que este pensamiento o esta forma de vivir, bueno más bien de sobrevivir, se produce en las personas porque tienen miedo al fracaso, a errar, a darse cuenta que se han equivocado después de haber plantado batalla, de haber luchado, pero me pregunto: ¿no es mejor vivir equivocándose y habiéndolo intentado que estar muerto en vida? Como no soy nadie para juzgar a ninguna persona, creo que ni siquiera puedo juzgarme a mi mismo, sólo espero que si alguna vez llego a ese punto, las personas que me rodean me lo hagan saber, porque en ese preciso instante tendré que reconocer que he renunciado a ser.

Como decía Honoré de Balzac: “La resignación es un suicidio cotidiano”.

1 comentario:

Unknown dijo...

Creo que puede relacionarse este artículo con el Populismo de padecimientos.
La gente está resignada porque la situación le supera, y el grado de resistencia ante las tormentas está bajo mínimo, tras años de bonanza económica y olvido de la lucha social. Es español medio es bastante mediocre y dependiente de Papa-Estado-Capital, que lo ha convertido en una marioneta.
El 15m está llevando la cultura política allí donde se necesita, pues aporta herramientas a los que voluntariamente quieren activarse y hacer cosas.
Por otro lado tenemos al populismo de padecimientos, esos que prefieren seguir viviendo su sueño dogmático a costa de pisar al de al lado. Recordando a Dorian Grey, ellos saben que se equivocan, pero es mejor hacerse el tonto, y además, en el fondo se es un poco retro y se quiere formar parte de la mezquina élite que conforma el Sistema (se conforman con ser populares en sus barrios y círculos, incluso atacando al pobre que está a su lado!).
O luchamos por otra cultura y el pobre facha/inculto baja la guardia, o la sangre llegará de nuevo al río.
La historia se repite, o se repetirá, no?