miércoles, 23 de diciembre de 2015

Mi patria: Ítaca


África Vivar - La invisibilidad de la guerra

Carta de un periodista francés que perdió a su mujer en la sala Bataclan: "El viernes 13 de noviembre de 2015 robasteis la vida de un ser excepcional, pero no obtendréis mi odio. Si ese Dios por el que matáis nos ha hecho a su imagen, cada bala en el cuerpo de mi mujer es una herida en su corazón. Responder a vuestro odio con mi cólera sería ceder a la misma ignorancia que ha hecho de vosotros lo que sois. Si queréis que tenga miedo, que mire a mis conciudadanos con ojos desconfiados y que sacrifique mi libertad por seguridad, habéis perdido. Somos mi hijo y yo, pero somos mas fuertes que todos los ejércitos, toda su vida este niño os hará la ofensa de ser feliz y libre".


La lectura de los textos de Kant y Tiqqun han coincido con los atentados de París. Las palabras libertad, igualdad y fraternidad han sido desempolvadas junto con la Marsellesa pero están vacías.

Se agitan las banderas y consignas como espantajos, y se propone a Francia como referente de los valores occidentales. Sin embargo, cada concepto es pervertido.

Se habla de declarar la guerra, pero, me pregunto, quien es el enemigo, donde están las fronteras: ¿en Siria o en los barrios periféricos del propio París? y sobre todo, cuál es mi patria.

Hace ya una década los conflictos estallaban en los suburbios dando señales preocupantes que debían haberse tomado en cuenta. La marginación y la miseria son abono de lo peor. En el 2003 la guerra de Irak provoca consecuencia  que el propio Tony Blair relaciona con el terrorismo. Durante estos años no se han tomado medidas, ni se ha investigado la venta de armamento, el negocio del petróleo, los paraísos fiscales, la desigualdad, en fin nada de lo que se hubiera podido hacer se ha hecho.

Es sabido que el pueblo que ignora su historia está condenado a repetirla. Por tanto, memoria. ¿Que es lo que hemos olvidado?.

A consecuencia de la amnesia estamos condenados a un bucle. Entre los escritos de Kant y Tiqqun hay una larga historia. Hoy como ayer, o peor. Atrapados en una única secuencia.

"Obra de tal modo que tu máxima pueda convertirse en ley universal". Kant.

Provocar y alentar algo tan monstruoso como la guerra, apuntalando su defensa con argumentos frágiles y cínicos, es inmoral.

Mi patria es la que propone Constantino Cavafis en su poema "Ítaca": La patria interior, el viaje del ser; mis hermanos, los refugiados sirios y las víctimas francesas; mi enemigo, los que alimentan las guerras, los que hacen de ella un negocio y los que ignoran el dolor ajeno; las fronteras están dentro de las propias ciudades y la guerra forma parte de lo cotidiano, golpeando con una violencia sorda a los más débiles; mi libertad viene dada por la tensión entre la necesidad y el proyecto.

Una vez contextualizados los conceptos mi voz se suma: ¡Libertad, Igualdad, Fraternidad!

4 comentarios:

Jaime dijo...

Empezaré transformando la afirmación en pregunta... ¿"Obramos de tal modo que nuestra máxima pueda convertirse en ley universal"? ¿Realmente podemos ofrecer a los que odian una máxima digna? Si así fuera, podríamos defender que estos conatos terribles son simplemente eso, erupciones de porcentajes de locura humana residual, imposibles de evitar del todo. Pero, ¿realmente es así? La respuesta puede ser libertad, igualdad, fraternidad. !Esa es una buena máxima! ¿Realmente nuestro occidente se la cree? Realmente vivimos en un mundo de igualdad... ¿al menos de oportunidades? De fraternidad... ¿cuando realmente no existe una solidaridad real entre los más y menos favorecidos? Y en cuanto a libertad, ¿puede hablarse de libertad cuando no se alcanza la mínima dignidad humana en la mayor parte de la población humana?
El viaje a Itaca que tenemos pendiente puede ser ese: creer y perseguir esas máximas universales que permitan la reconciliación con pueblos lejanos, barrios próximos o, incluso, con nosotros mismos.

Unknown dijo...

Gracias por tus observaciones,llevan el texto más lejos.

Paco García dijo...

Felicidades África, un planteamiento muy certero y sincero que comparto también. Y ese viaje del ser que Jaime lleva hasta nuestra propia reconciliación es la clave para mi.

Paco García dijo...

Felicidades África, un planteamiento muy certero y sincero que comparto también. Y ese viaje del ser que Jaime lleva hasta nuestra propia reconciliación es la clave para mi.