jueves, 23 de abril de 2009

Nosotros

por Africa De Vivar - "El Faro Crítico"
Reunión - Africa De VivarSabíamos que llegaría un momento en el que se pondrían de manifiesto las contradicciones estructurales del sistema revelándose su inviabilidad y ahora, que esto ocurre, la izquierda y la derecha se empeñan en demostrar que lo que sucede es tan solo un avatar, un dificultad superable dentro de la trayectoria lineal, prefijada y ascendente.

En la sociedad del espectáculo, cuando la realidad es substituida por su imagen, toman protagonismo las divisiones que son aparentes y aparatosas, frente a lo que debería ser tenido en cuenta, en este caso la universalidad de la miseria.

Bajo este prisma las tragedias personales se contemplan como el resultado de una lotería macabra y no como la manifestación consecuente del orden de cosas establecido. Según Heidegger “mas allá de la guerra y de la paz está la usura del ente, auto-asegurándose y el absoluto abandono del ser”.

De momento no hay una respuesta social que cuestione, a fondo, el modelo vigente. Necesitaríamos una reproposición ética, con su consiguiente repercusión estética, que impulsara nuevos paradigmas racionales.

En mi opinión, cuanto más tiempo tardemos en hacer un análisis riguroso, más dramática será la situación. La realidad insostenible de los excluidos reclama un futuro de sostenibilidad para todos, su mera existencia se convierte en una denuncia que reclama soluciones. Se trata de dar voz a “los sin voz” un lenguaje de resistencia frente al poder opresor, un suceso colectivo que termine con la dialéctica de victimas o verdugos.

Si buscamos un ámbito de acción no violenta, un ámbito para la reflexión, el intercambio y el acuerdo, este lugar es el lenguaje entendido como espacio público, ágora, huerto o puerto, donde exponer las opiniones razonables y defendibles en aras de una ontología pluralista de las diferencias.

En el espacio de la realidad intralinguistica en el que la tarea de pensar se revela como praxis, el acto está a las órdenes de la palabra. La palabra tiene un valor de herramienta, para Gabriel Celaya “la poesía es un arma cargada de futuro……existiendo y afirmando como un pulso que golpea las tinieblas”, las tinieblas de la sinrazón, el acto sujeto a las órdenes de la palabra y la idea de existir como un acto de afirmación, de ocupación, de ser y estar en una epocalidad concreta.

El sometimiento a límite de los problemas, con el que el logos cerca los hechos en el concepto, significa llevar a su último término la realidad contenida en una noción. No obstante el uso compartido del logos presupone unas reglas básicas de validez, coherencia y corrección formal, el empleo arbitrario e inmoral nos conduce a la idea de “Babel”.

Se impone la deconstrucción de las mitologías actuales, lo que conlleva un análisis en profundidad de los errores que nos han conducido hasta aquí, junto con una labor de rescate arqueológico del saber, como recepción de todos aquellos legados que nos pertenecen y pueden sernos útiles. Tratando de encontrar un punto de vista vinculante del que partir para fundamentar la acción política ocupando así de pleno derecho nuestra época.

Verdad, memoria y acción como eje central de la existencia, la única posible para el ser que es en comunidad. La palabra que arranca del olvido, memoria y análisis que evitan la repetición de errores. La palabra, en fin, como instrumento de evolución, una herramienta para la construcción de lo mejor de lo posible.

Según Teresa Oñate “lo sagrado y lo divino es el ser en el sentido de su acontecer, siendo pues lo divino la esencia del lenguaje”.

El calificativo de divino que Heráclito atribuye al logos y Parménides al ser, entendiendo que es lo mismo ser que pensar, hace que ambos coincidan en que lo sagrado es la palabra, en este caso, la palabra, donde acontece el ser.

Si pensamos que el ser necesita del lenguaje como lugar de aparición y que en la palabra se revela la identidad de lo nombrado, es fundamental reflexionar sobre el concepto del ser.

En mi opinión, se podría buscar la equivalencia del ser y el yo. Una propuesta del yo que partiendo de la radical subjetividad inicia la búsqueda del otro, el otro que hay en nosotros y que refleja la distancia máxima de nuestro límite configurativo. La alteridad que es constituyente del yo y que puede ser expresada en una coopertenencia: Nosotros.

El discurso que se establece desde este latido primordial, sentido en sus últimas consecuencias, implica al yo en el tú y, de ahí, el plural, en una necesidad de compartir, entender.

Nosotros estando y siendo en el contexto histórico. Jugando con la doble acepción de ser y estar como ocupación de un lugar, nuestra existencia, entendiéndonos como posibilidades con vocación de desarrollar lo mejor de lo posible.

Somos en el nosotros, somos en comunidad, somos en el lenguaje.

“Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber”.

Nosotros victimas de la violencia, del hambre, de la injusticia. Yo en ti y tú en mí, sintiendo en sus últimas consecuencias la consustancial implicación.

García Lorca habla de una mujer, que solo cantaba cuando la boca, decía, le sabía a sangre.

Pues bien, la boca sabe a sangre, no podemos callarnos, nuestro silencio es cómplice.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hagamos eco y contrapunto al "tú" desde mi "yo" usando la palabra. Tan sólo entresacaré una idea de todo el torrente: “mas allá de la guerra y de la paz está la usura del ente, auto-asegurándose y el absoluto abandono del ser”. Así es, formalizado o no, pertenecemos a un ente que se demuestra triunfante (de momento) por su capacidad de "auto-asegurarse". Bien haríamos en entender ese ente, sus reglas. Entre ellas, en el mundo occidental, la partitocracia. Dos de los poderes (ejecutivo y legislativo) repartidos en base a unos partidos (otros "entes" merecedores de estudio) capaces de perpetuarse dotándose de unas leyes y sistemas (aparentemente democraticos) que supuestamente el pueblo soberano les encomienda elaborar para su -el del pueblo, así debería ser- beneficio. Bien, ¿realmente no sería esto lo primero que habría que revisar? ¿No es el artificio de izquierda y derecha -cuando son en esencia lo mismo- demostración de lo artificial del sistema? ¿Sustituirlo por anarquía? No realmente. Reconducirlo a un sistema de manifestación y negociación de intereses e iniciativas más transparente para unos ciudadanos más implicados y vigilantes de su propio futuro.
Mofletillos de Melocotón

Joselito dijo...

Unidos en la miseria. Pero no en la miseria como vivencia desgraciada,sino más bien como vivencia sin artificio. Solo en las vivencias puras estamos desnudos ante lo otro y reconocemos en lo otro al uno. Nos-reconocemos Nos-otros y deseamos dar unidad a lo aparentemente separado.